miércoles, 2 de marzo de 2016

Miguel Hernández


A petición vuestra, aquí tenéis una parte de ese maravilloso poema de Miguel Hernández que tanto os interesa. Leedlo y lo comentaremos en clase. Prestad atención a las metáforas, pensad en qué representan, de qué está hablando el poeta.
 
HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA
                  I
       (HIJO DE LA SOMBRA)

 Eres la noche, esposa: la noche en el instante

 mayor de su potencia lunar y femenina.

 Eres la medianoche: la sombra culminante

 donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

 
 Forjado por el día, mi corazón que quema

 lleva su gran pisada de sol adonde quieres,

 con un solar impulso, con una luz suprema,

 cumbre de las mañanas y los atardeceres.

 
 Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje

 su avaricioso anhelo de imán y poderío.

 Un astral sentimiento febril me sobrecoge,

 incendia mi osamenta con un escalofrío.

 
 El aire de la noche desordena tus pechos,

 y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.

 Como una tempestad de enloquecidos lechos,

 eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.
 

 La noche se ha encendido como una sorda hoguera

 de llamas minerales y oscuras embestidas.

 Y alrededor la sombra late como si fuera

 las almas de los pozos y el vino difundidas.

 
 Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,

 la visible ceguera puesta sobre quien ama:

 ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,

 ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

 
 La sombra pide, exige seres que se entrelacen,

 besos que la constelen de relámpagos largos,

 bocas embravecidas, batidas, que atenacen,

 arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

 
 Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,

 tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.

 Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,

 con todo el firmamento, la tierra estremecida.

 
 El hijo está en la sombra que acumula luceros,

 amor, tuétano, luna, claras oscuridades.

 Brota de sus perezas y de sus agujeros,

 y de sus solitarias y apagadas ciudades.

 
 El hijo está en la sombra: de la sombra ha surgido,

 y a su origen infunden los astros una siembra,

 un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,

 que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

 
 Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,

 tendiendo está la sombra su constelada umbría,

 volcando las parejas y haciéndolas nupciales.

 Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.

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